Día de la Tierra: valorizar la creación de Dios Comprender la magnitud de la Tierra, nuestro planeta y hogar en co-mún con miles de millones de personas y organismos vivientes, re-sulta difícil por una sencilla razón: la distancia sobre el horizonte que podemos alcanzar visualmente tiene un límite máximo de 40 kilómetros. Los 6.000 millones de extensión que tiene el cuerpo celeste que habitamos es, por lo tanto, algo muy complejo de abordar. Si a esto sumamos las dimensiones oceánicas, de cumbres y mon-tañas, los múltiples climas, hábitats, reinos de la naturaleza y ecosiste-mas, nos encontramos con una cantidad de información interrelaciona-da muy difícil de procesar. El Día de la Tierra surge como una opción para generar conciencia sobre el impacto que como humanos tenemos sobre la biodiversidad y la responsabilidad ambiental que conlleva nuestra existencia y expan-sión. Reconocer el entorno es el primer paso para la conservación. ¿Existen avances? El planeta y sus seres vivos han sufrido fuertes daños provocados por la acción de las personas, como derrames de petróleo, incendios foresta-les, contaminación y disminución de flora y fauna. Científicos y organiza-ciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza ya hablan de una “sexta extinción masiva”, la que, a diferencia de los eventos anteriores causados por fenómenos naturales, se debe netamente a la actividad humana. >Medioambiente