14 | Boletín Salesiano invitaba a vivir la santidad con alegría. Luego, con las herma-nas conocí a Madre Mazzarello y a través de ella pude reco-nocer, desde mi ser femenino, mi vocación como salesiana comprometida en la tarea de acompañar a otros”, relata. Fue parte del grupo asociativo Amigas de Laura Vicu-ña (ALVI), del equipo CampoBosco que funcionó en El Patrocinio de San José por largos años y del Movimiento Juvenil Salesiano. “Mi formación, desde los cinco años, ha estado marcada por el espíritu salesiano. Crecí en un clima de familia y en él he sido muy feliz. Todo ello me compromete más con la misión, porque quiero que otros vivan lo que yo viví desde la infancia”, dice. “Siendo muy joven recibí la invitación de ser apóstol en el MJS e hice la promesa de servir al Señor a través del acompañamiento a otros y el servicio a los jóvenes. Hoy no olvido esa promesa. En el camino que he recorrido como madre y educadora salesiana, siempre he intenta-do hacer vida lo que prometí y espero que la Auxiliadora me siga acompañando en ese compromiso”, agrega. Una experiencia que deja huella Explica que tanto en su vida familiar como laboral bus-ca ser expresión de optimismo, alegría y testimoniar que la vida que le ha sido regalada no es solo para ser feliz ella misma, sino que, además, para hacer felices a los demás. Esta vocación ha sido un camino. Primero estudió Li-cenciatura en Lingüística y Literatura en la Universidad de Chile y trabajó en una editorial, pero notó la falta de contacto con personas a quienes entregar sus aprendi-zajes. Por esto estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Católica, buscando que otros vivan su expe-riencia con la educación salesiana. >Especial 50 años MJS