13 Boletín Salesiano | >Especial 50 años Como cada asociación de la Familia Salesiana, el Mo-vimiento Juvenil Salesiano (MJS) tiene en su ADN el ca-risma que Don Bosco heredó a nuestra congregación. Aproximar a los niños y jóvenes a Jesús hablando su lenguaje, a través de la alegría y los juegos, brindando respuestas a sus anhelos de aceptación, pertenencia, acogida y cariño, forma parte de la misión salesiana que ha tocado los corazones de miles de personas, quienes continúan siendo apóstoles dondequiera que estén. Es el caso de muchos exestudiantes que, guiados por la vocación, han mantenido su servicio desde diferentes espacios dentro de la congregación. Es el caso de Mar-cela Yáñez, actual rectora del Liceo Manuel Arriarán Ba-rros, de La Cisterna, quien estudió en el Colegio Salesia-no de Macul Camilo Ortúzar Montt (COM) y en el Liceo María Auxiliadora de Avenida Matta. Cuenta que desde su infancia conoció a Don Bosco a través de los relatos de los educadores salesianos del COM. “Me lo presentaron siempre como un padre cariñoso que nos “Siendo muy joven recibí la invitación de ser apóstol en el MJS e hice la promesa de servir al Señor a través del acompañamiento a otros y el servicio a los jóvenes. Hoy no olvido esa promesa”.