> Tema Central “El Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las preguntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación”. ¡Ya estamos en “modo Sínodo”! Y quienes no se han enterado co-rren el riesgo de perderse el acontecimiento más importante de la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II, como lo afirman diver-sos especialistas. Nos referimos al Sínodo 2021-2023, cuyo lema es “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Fue inaugurado oficialmente por el Papa Francisco, en Roma, el 9 de octubre de 2021, quien nos exhorta a “caminar juntos” (en griego syn significa “juntos” y hodos “camino”). Por eso se le conoce tam-bién como el Sínodo de la Sinodalidad. ¿Qué lo hace diferente? Para conseguir una escucha real y efectiva, Francisco introdujo una innovación que rompe con el curso de los anteriores sínodos. Este no se limitará a ser una gran asamblea de obispos –que se desarrollará en 2023–, sino que contempla fases previas de con-sulta en todas las diócesis del mundo. De hecho, el domingo 17 de octubre cada obispo del mundo abrió el Sínodo en sus respectivas iglesias. Luego vendrá una consulta nacional y continental. El Papa nos invita a “soñar” con la Iglesia que estamos llamados a ser, a oír el mensaje vivo y actual del Espíritu Santo; a discernir en comunidad los próximos pasos de nuestra Iglesia y a escuchar todas las voces (de laicos y consagrados) en cada rincón del planeta. “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Igle-sia del Tercer Milenio”, afirma el Papa Francisco. Además, insiste en la importancia que tiene la participación de todos: “La sinodalidad es el modo de ser de la Iglesia. Escuchar al Espíritu y a los hermanos”. “El Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las pre-guntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación. Y también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone delante. No insonoricemos el corazón, no nos blindemos dentro de nuestras certezas. Las certezas tantas veces nos cierran. Escuchémonos”, agrega. Para este caminar, Francisco anima a los laicos a evitar todo cleri-calismo (influencia excesiva del clero) e invertir toda forma de jerar-quía. “La única autoridad debe ser el servicio”, sostiene.