Leer artículo Leer artículo “A mí mamá no le gusta ver mis videos, porque canto de drogas”, dice Marcianeke, el artista chileno más escuchado este año en Spotify, pero también un chico de 19 años de voz ronca y letras sin filtro que se encontró de golpe con la fama y el dinero. Lo mismo que Pablo Chill-E y otros tantos. Todos de la calle, un poco jugando a ser estrellas y sin advertir dónde está el límite.